Flores marchitas
caen sobre la mesa,
flores de colores
apagadas por mi pena.
Pétalos ingratos,
secos, desperramados
llenan mi cuerpo
y se ocultan en mi regazo.
No me quedaré sola
y triste por tu ausencia,
será el amor divino
quien devuelva tu presencia.
Sie ese amor divino,
no aliviara mi pena,
las dagas de mis rosas
ya no estarán en tu mesa.
jueves, 8 de marzo de 2007
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