lunes, 5 de noviembre de 2007

Historia para ellos.

La casa-el jardín

La casa era rosa ,es rosa…y color terracota ( es terracota ese color…? )

Como es el color terracota?

No tengo idea…

Suena a marrón , a marrón tierra ,a marrón jarrón y a cosas viejas.

Era la hora de la siesta , dentro los niños soñaban ( despiertos ) con juguetes con resortes ,muñecas ,partes del mono a cuerda desperdigados por la habitación y cosas por el estilo…

El jardín se extendía desde el límite q proponían el cerco de madera al frente y la medianera de arbustos a ambos lados…territorio verde, territorio amplio q alberga otro mundo q a veces olvidamos. Las azaleas se disponían en línea recta sobre el cerco ,alegrías del hogar ,margaritas y otras flores perfumadas le daban a la casa un aroma primaveral q los chicos adoraban.

En esta casa ,además de los chicos estaba Jazz ,el perro de la casa. Un hermoso labrador q movía felizmente la cola cuando los chicos llegaban del colegio. Corría q saltarles encima ,con sus patitas embarradas ,moviendo la cola y atropellándose con todo lo q estaba a su alrededor.

El Perro

Los vio jugar ,del otro lado de la ventana ,en el cuarto. Los vio mirándolo y hasta escuchó sus voces q provenían del interior de la casa. Era claro q hablaban de él ,no entendía el lenguaje ,pero el tono exacto de los sonidos ,la frecuencia, indicaba q lo estaban nombrando…entonces comenzó a correr feliz y a darles lengüetazos q en el idioma de los perros quiere decir ¨ te quiero ¨

La Pulga - El Perro

Corría velozmente por el jardín de la casa ,esas cosas q siempre hacía sin q hubiera un motivo real para hacerlas. Así de repente sucedía: se echaba a andar ,se aceleraba , y se encontraba corriendo , con la inercia propia del movimiento…y casi se sentía volar (sin q supiera en realidad como era esa sensación)

Cuando quiso darse cuenta , o detenerse, la velocidad q había tomado era realmente elevada , la cueva demasiado cerrada ,y lo inevitable e imposible sucedió…se desprendió de si misma, y fue a parar al medio del jardín mientras se veía alejándose y sin detenerse volvió a dar otra vuelta y otra y otra.

Era ella alejándose…?

Quién era ella ahí tirada…?

O mejor dicho…quien era ella…?

La Hormiga

Una hormiga exploradora recorre con paso acelerado el territorio llamado jardín, busca la mejor ruta ,elimina y descarta pasos imposibles ,cortados o difíciles para otras q no tienen su habilidad y velocidad…ella es una exploradora ,años en la tarea la colocan en un escalafón diferente , en otro nivel…o al menos ,eso es lo q ella cree.

El Caracol

Meditando el dibujo q ,plateado dejaba a su paso ,componía lentamente la imagen q no se trataba mas q la mejor ruta para llegar de un lado a otro…tranquilo y relajado, con movimientos ondulantes , gustaba pasear por entre las margaritas a la hora de la siesta…

La Pulga

Inmóvil en aquel terreno desconocido q era tierra y pasto (sin saber siquiera q esas cosas húmedas y frías se llamaban así) estaba una pulga creyéndose perro…pero la perspectiva nueva no la dejaba ver mas allá de un centímetro o menos…y sintió temor.

Quién soy?

Qué soy…? - Se preguntó a sí misma…

Bueno chicos…hasta acá nombramos a los personajes del cuento. Perro-Pulga ,Hormiga y Caracol…pero…q paso?

Una rana ,del jardín de al lado me contó q oyó la siguiente conversación:

(La hormiga- El caracol – La pulga)

H – Me permite pasar? Estoy haciendo algo muy importante y no tengo tiempo para perder en una insignificante pulga…

P – Q cosa…?? Cómo me llamó ud. A miiiii??? Pulga!? Ja! Lo único q me faltaba…

C – Ud. Es una pulga ,señor…y se encuentra justo en mi camino…lo cual me da al menos dos alternativas…

P - ¿Pero ud. Está loco? …¿No ve q soy un perro?...Bueno , una parte del perro, q se cayó del perro , me entiende?

La hormiga y el caracol se miraron , no pudiendo creer lo q la pulga les decía…

H – Jajajaja…pero esto sí q es bueno!!! Voy a robar un minuto de mis tareas para escuchar un poco mas.

C – Si , señor pulga…usted es una simple pulga. Si usted no es pulga yo soy un cangrejo…

H – Por favor ,apúrese a explicarle ¿ q no ve q estoy apurada?

C - …le decía ,mi estimado amigo…esta señora q se encuentra a mi lado es una hormiga. Las hormigas trabajan durante el verano y llevan su alimento a los hormigueros donde pasan parte del invierno y…

H – Q se apure!!

C – Esta bien, señora! Usted es una pulga y sanseacabó.

La pulga estaba atónita , entonces intentó ladrar para demostrarles a esos bichos que no era una pulga, q era un perro…pero fue imposible. Se dio cuenta de q cada vez q había intentado un ladrido era una voz ahogada…y siempre había creído q su ladrido sería involuntario y solo saldría si alguna vez fuera necesario…

En el otro rincón del jardín se escuchó un ladrido…aquella parte de ella q ladraba estaba ahora lejos…¿ De q cosas sería capaz esta otra parte de ella?

H – Además…no ve q ni siquiera es capaz de ladrar? A ver…intente mover la cola , rascarse la oreja , levantar la pata…no le digo? Es mas pulga q una pulga, hombre!

Entonces el caracol ,con una gota de rocío le muestra a la triste pulga como era en realidad su aspecto.

Y la pulga ,al mirarse se da cuenta de q ya es inútil mentirse a sí misma. Ella era una pulga y si no volvía con Jazz ya no iba a tener de q manera alimentarse…

C – Y digo yo, no será q se ha caído de Jazz, el perro de la casa? Quizás deberíamos ayudar a nuestro amigo a volver con su otro yo. Perdón, con el perro.

Y así…según me contó la rana de al lado ,paso a paso ,arrastrándose y a los saltos emprendieron el camino al cuerpo de Jazz. Lo cual era algo muy difícil ,ya q el perro no paraba de moverse ,así q lo q pudo tardar apenas unos minutos llevó días.

Entonces Rosita ,la rana chusma se ofreció a alcanzar al perro cuando este durmiera en el jardín.

Muchos días pasaron ,hasta q de un salto la pulga saltó sobre el lomo de Jazz. Q alegría ,volver otra vez a casa!! Otra vez correr por el jardín ,esperar los mimos de los chicos cuando volvían del colegio. Descansar debajo del ciruelo…

Pero…q paso con el caracol y la homiga??? Ahhhh…si, nuestros otros personajes…ahora visitan a la pulga y aprovechan cuando duerme Jazz para subirse en su lomo y dar largos y agitados paseos por el jardín. Tienen paseos con escalas , comen hierba de distintos sabores, de otros lugares donde el pasto crece tiernito, visitan a Rosita , la rana y cuando Jazz se escapa aprovechan para ir de shopping por los jardines vecinos.

La pulga?

Bueno, ella ahora además de dos amigos tiene una empresa de turismo y organiza paseos a los otros bichos del jardín.

Fin.

5 Nov/2007

Sin Titulo

La oscuridad la llevaba a cuestas. El peso del mundo en sus espaldas. Carecía de gracia, de movimientos ágiles y sin embargo todavía tenía años de vida por delante q le permitirían andar por la casa.

Sus ancestros le habían dejado la sabiduría de protegerse ante las adversidades, las soledades y el peligro. Pero no le habían enseñado a defenderse de su enemigo mas poderoso, ella misma.

Cada mañana al despertar se desperezaba, miraba el sol y se dejaba embriagar de su dorada tibieza matinal. Respiraba el perfume de los jazmines, las dalias, las azucenas salpicadas por el rocío y se dejaba llevar por su cálido aroma.

Daba un paseo por el jardín, con la dificultad obvia y relajante q llevaba a cuestas, olvidándose de toda preocupación y se disponía a relajarse. A pesar de su vida ociosa anhelaba otra cosa, otra vida, otro cuerpo. Q la liberara de sí.

Sus antepasados habían sido olvidados o guardados en la oscuridad. Nadie parecía darse cuenta de la aristocracia de su abuelo. De la longevidad de sus padres, de los padres de sus padres, de los padres de sus padres, de sus padres. A ella tampoco la amedendraba eso. La oscuridad y el peso de su mundo le bastava para tener memoria.

Se acordó de su infancia, de la tienda, de la alegría q había provocado al llegar al hogar. Y se dio cuenta q ya nadie se percataba de su presencia. De su ausencia, de su existencia. Volvió a anhelar otro cuerpo, otra mente, otro espíritu para poder salir a la vida y demostrar quien era realmente.

Pero los días pasaban, las estaciones parecían detenidas por un capricho de la madre tierra y la longevidad la atormentaba.

Un día, cuando se despertó y salió, como todas las mañanas, miró las dalias, q tanto le gustaban y se percató de su tristeza. Y de la tristeza q sucumbía a sus dalias, jazmines y azucenas…

-¿Dónde están todos? – Se preguntó.

Acaso la soledad había acabado con la vida de su hermosas flores?

Quizás vuelvan pronto, pensó.

Tal vez se aburrieron de esperar a nadie y decidieron morir…suerte la de ellas, a mi me queda mucho tiempo.

Mientras pensaba todo esto, se percató de un lugarcito, de una luz para su túnel de oscuridad. De una ráfaga de claridad para su alma perdida. Y hacia ahí se dirigió. Paso a paso, con su intangible ansia de querer ser libre, con su peso del mundo a cuestas, con sus ancestros, con sus miedos y partió.

El lugar si bien no era amplio y le era complicado le bastaba para tenerse fé por una vez en la vida y luchar por su libertad.

Despacio, primero una, después la otra y de repente…la inmensidad, la libertad absoluta, la soberanía de todo su imperio se alzaba a sus pies.

-¿Dónde ir?

-¿Y si me buscaran? ¿Y si todavía le importo a alguien? ¿Y si mis dalias decidieran no morir? ¿Y si…?

Era inútil pensar en ¨Y si…¨ ahora era el momento de pensar por ella misma, de defender su libertad y sorprenderse ante las maravillas q la rodeaban.

Sintió q había tenido durante toda su vida un vendaje en los ojos, era un ciego sin lazarillo y eso la asustaba aun mas. Pero pensó en la soledad q la aquejumbraba, en la incomodidad q le provocaba esa casa y en su vida…y en su longevidad y decidió seguir su camino.

Todo era nuevo, todo era grande comparado con su jardín, con su casa y decidió, una vez más esconderse. Inevitable. Pero ese lugar le daba seguridad a sus inseguridades. Ahí nadie podría encontrarla, nadie podría lastimarla y nadie podría molestar la paz y tranquilidad q necesitaba cuando llegaba su estación del año.

Se acercaban a mirarla, los niños querían agarrarla, algún perro habrá creído q era una piedra e intentaba jugar. Jugar. Hacía tiempo q eso no lo hacía. Y q no llamaba la atención de nadie. Ni siquiera cuando estaba durante un largo tiempo debajo del tocadiscos en el rincón.

Confundió la curiosidad con invación, la alegría de quien la veía con maltrato. El juego simple con la violación a la privacidad.

Y se volvió a asustar y se volvió a esconder.

Sus patas cortas no le permitían correr y a pesar de q se había dado cuenta de la velocidad sorprendente a la q podía llegar se dio cuenta también de sus limitaciones. Pero esto no la asustó. Quizás no pueda ir más rápido q mis patas, pero sí más lejos q mis convicciones.

Y así dejó su pequeño jardín una simple tortuga, con una larga vida por delante, con sus limitaciones corpóreas, con su soledad a cuestas, el peso del mundo a sus espaldas. El olvido de los otros, los miedos…dispuesta a enfrentarse al mundo.