El cielo se tiñó de gris
en esta tarde de otoño,
el recuerdo me sorprendió
sin pedir siquiera permiso.
¿Quien cuidará de mi alma
cuando el cielo se abra,
y pueda ver la luz ?
Siento el corazón oprimido
como un pájaro carroñero
q busca entre la carne podrida
y el hedor del animal muerto.
Mi cuerpo vuelve a cerrarse,
mi alma no quiere
estar a mi lado,
de mis ideas se ha cansado,
de escuchar mis reclamos.
Solo quiero ser yo misma,
buscarme y encontrarme.
Cansada estoy de ser
mi propia sombra,
cansada de q las mañanas
no tengan sol.
Cansada de la niñez perdida,
burlona de la inocencia robada...
viernes, 9 de marzo de 2007
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