sábado, 9 de febrero de 2008

El Piloto.

El piloto se sentía nervioso. Otra vez arriba de la nave q lo llevaría a un destino marcado. Como siempre, se sentaba solo en un rincón. Esperando la llegada del alba, su única compañía abordo. Las ventanas estaban gastadas, había rayones dibujados en el tiempo y un dejo de nostalgia dibujado en sus ojos. Se preguntó si había recordado apagar las luces de su casa. Si la boleta del teléfono había vencido, si su gato tendría comida suficiente.
Cualquier cosa sería buena, cualquier excusa sería válida para olvidar el miedo q le provocaba cada vez q subía al avión. El quería ser dibujante, pero eso era para vagos, decía su padre. No podía vivir de sus dibujos, no dejaba de repetirse cada vez q agarraba un papel y lápices y explayaba todo su talento en una servilleta, un boleto, el borde de un libro o sus hojas de dibujo favoritas Nro 5.
Yo no trabajé toda mi vida para q vos pierdas el tiempo haciendo pavadas. Tenés q estudiar, formarte, quemarte las pestañas y saber lo q es el sacrificio, le decía su padre cada q vez q lo veía hacer garabatos intangibles en el plato de sopa.
Sus compañeros hacían bromas, contaban anécdotas inventadas, sobre señoritas hermosas a las cuales se habían llevado a la cama y él se limitaba a mirarlos y sonreir cada vez q le pedían opinión…su cuerpo estaba en el avión, pero su mente y su alma estaban a años luz de todo aquello.
¿Habré cerrado bien la puerta?
Otra vez quería pensar en nada y someterse a esta tortura q le habían impuesto ya q no era su destino, era la obligación mas absurda q jamás había imaginado.
Pensó en las nubes, y como en su plato de sopa empezó a dibujar con la mirada las formas q tenían. Con un lápiz imaginario le dio vida, forma y color al cielo…
¿Habré cerrado bien la puerta?
El momento se acercaba, los pilotos empezaban a ponerse sus equipos y a disponerse en sus posiciones establecidas. Se terminaron las bromas, se esfumó la algarabía general, y cada uno se preparó en su puesto.
Uno a uno se fueron tirando, hasta q le tocó el turno a él. Todavía luchando contra sí mismo, preguntándose porque no había tenido el valor suficiente para ser dibujante profesional y enfrentarse a su padre. Porque había sacrificado su vida para ser algo q él no era, porque no se había casado con Laura estando tan enamorado, porqué su mamá lo obligaba a comer la tarta de brócoli q él tanto aborrecía, porque no se acordaba si había cerrado bien la puerta, si había apagado las luces de su casa o del porqué tenía gatos en su casa.
Pensó en su paracaídas q ya no le interesaba, pensó en cuantas estrellas habría en el cielo, pensó en Laura, pensó en sus dibujos, en sus nubes, y se tiró.
Caída libre, pensó, mientras sentía la presión en el cuerpo. La adrenalina corría por sus venas al tiempo q se estremecía por el viento helado q deformaba su rostro debido a la velocidad…Tiró del cordel. No respondió. Volvió a tirar al punto q comenzó a crecer su desesperación. El paracaídas no respondió. La tierra se acercaba mas y mas y la velocidad aumentaba junto con su gran desesperación.
Y se volvió a preguntar si había cerrado bien la puerta…y si había pagado bien sus impuestos.
Siguió cayendo. Y cayó.
Los gritos de la calle lo despertaron. Abrió los ojos todavía con sueño y miró hacia fuera. El sol estaba rajante, casi no había nubes, entonces apeló a su imaginación y con el dedo índice dibujó unas caras sin rostro. Luego siguieron otras figuras, pero ya era hora de ponerse a trabajar.
Fue al baño, se lavó la cara y se miró. Esta vez el reflejo no lo engañaba. Había cerrado su casa, los perros tenían comida (odiaba a los gatos) y la noche había sido una temible pesadilla. Pensó en su sueño y se alegró de haber despertado. Nunca me gustó volar, pensó. Fue a su estudio y antes de eso se detuvo a mirarla. Laura. Desnuda en la cama q compartían ambos, desde hacía años. Estaba tan hermosa como cuando la había conocido, en la escuela de dibujo, cuando se escapaba de la escuela de pilotos.
Hora de trabajar, pensó. Y se puso frente al tablero de dibujo y con el dedo hizo el primer croquis q lo llevaría a un nuevo trabajo para la revista.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

guau....!!!

me llegó desde taaaaaaaaaantos rincones, que no sé por dónde empezar...

muy bueno!

Beso

Adrián

La hija de la Lagrima dijo...

gracias!!!
este texto tiene poco mas de un año, fue escrito en un momento en q transcurria mi vida...a mi tb me gusta y por eso lo comparto con uds...gracias!

Besos

La hija de la Lagrima dijo...

gracias!!!
este texto tiene poco mas de un año, fue escrito en un momento en q transcurria mi vida...a mi tb me gusta y por eso lo comparto con uds...gracias!

Besos