lunes, 27 de agosto de 2012
Rond de Jambe
martes, 21 de junio de 2011
Pre-versión (Anticipo de la Perversión); Perversión (Póstumo a la Pre-versión)
viernes, 17 de junio de 2011
El Día que las Hojas se Secaron.
Julia siempre había sido una nena llorona. De chiquita cualquier juego derivaba en llanto. Una caída de la bicicleta, un raspón por trepar al árbol eran motivo suficiente para q Julia llorara.
Lloró el día que empezó la escuela, el día que terminaba la escuela, cuando se le manchaba la hoja con el tintero, cuando otra nena le tiraba del pelo. Lloró cuando un chico le quiso dar un beso, en su primera salida, cuando escuchaba la radionovela, cuando se casó, cuando se casó su hermana, cuando se enteró que iba a ser madre, cuando su hijo nació. En los velorios de familiares y en los otros. En definitiva, Julia siempre tenía un motivo para llorar y si no existía, lo inventaba. Derramó lágrimas y lágrimas.
Siempre fue una mujer amargada y taciturna.
Un día de abril tocaron a su puerta, el comisario le dio la mala noticia de que su hijo Lucio se había suicidado.
Ese día, Julia no lloró.
Hace doce años que Julia permanece en el pabellón psiquiátrico y tampoco pronuncia palabra. Tampoco llora. Nadie de su familia la visitó en todo este tiempo y casi no tiene contacto con el mundo exterior.
Hoy la enfermera salió corriendo de su pabellón pidiendo auxilio y el cuerpo médico fue a verla. Nadie pudo creer lo que veía y quedaron atónitos ante la mirada impávida del doctor de guardia. Julia se había secado, como las hojas en el otoño. Afuera, llovía a cántaros.
miércoles, 15 de junio de 2011
El Día del Juicio
Dedicado a Gasmun q ayer me recomendó Waking Life...mirá lo q paso!
Todo había terminado mal. Siempre terminaba todo mal para mí y esta no iba a ser la excepción. El juicio había sido largo, abogados que defendían, fiscales que me hundían cada vez mas y el juez que sentenció en mi contra. Ya todo estaba perdido. Así que me encuentro en esta celda a punto de ser condenado a muerte. Qué es lo que hice, se preguntarán ustedes. Bien, mi culpa y cargo es ésta equivocada vida en la que me encuentro, la que no elegí, la que siempre aborrecí y de la que todos son culpables. Si, todos ustedes son culpables y yo pagaré sus crímenes.
Estas son mis últimas palabras, mi última comida, mis últimos pasos antes de morir.
“ Arrastro mis cadenas, cadenas de la muerte y yo mismo fabriqué cada eslabón.”
domingo, 5 de junio de 2011
Susurros
Me gusta jugar con Melinda en la habitación. Jugamos durante horas a vestirnos con ornamentos diferentes, a la escondida, y al piedra-papel o tijera. Cuando su mamá está en la sala la escucha reír a carcajadas y viene corriendo a ver de qué se trata el juego de hoy. A veces en su jardín jugamos a la rayuela y su mamá la mira con cara de preocupación.
Su papá es un tipo serio, trabaja en la gasolinera del pueblo de noche y está poco en casa. Melinda me contó que sus papás a veces discuten y que su mamá llora. Melinda lo sabe, aunque su mamá haga un esfuerzo tremendo por ocultarlo. Cuando su madre está triste en la cocina, me acerco y le acaricio el pelo. Entonces quiero ayudarla con los quehaceres y le acomodo los platos. Ella corre, se aleja. Presiento que me tiene miedo.
Me gustaría hablarle, decirle lo que siento, contarle que acá me estoy muy solo y mostrarle que ella no está sola. Melinda dice que no cree que sea una buena idea. No entiendo.
Hoy vinieron a casa personas que no conozco y se reunieron en un círculo alrededor de la mesa; una señora me habla, me escruta que debo irme de ahí, ella no entiende que yo no quiero. Que intento tener una familia nueva. Me persigue, tengo miedo, no quiero. Por favor Melinda, dame la mano, diles que me tienen aquí enterrado debajo de tu cama, que mi padre me mató!
Maldición! lo único que hacen es enojarme y hacer cosas horribles. Me convierto en un ser malvado.
Ven conmigo Melinda…no tengas miedo. Cierra los ojos que ya pasa. No sueltes mi mano. Su madre está asustada, llora, corre.
Quise evitarlo, pero no me dejan otra alternativa, vendrás conmigo.
Ahora seremos dos almas en pena.
lunes, 16 de mayo de 2011
El Gran Simulador
- Confieso que he pecado, padre. Ayer le pegué a mi hermana Catalina porque la encontré husmeando en mi cuarto y me sacó una muñeca. Mamá me retó y me mandó a la cama sin postre, así que hoy al levantarme le retiré el saludo. Fui muy descortés.
- Hummm…continúa.
- La semana pasada, jugando con Leticia, mi otra hermana, discutimos por ver quien llegaba a la mesa primero y le hice trampa poniéndole el pie y la hice caer a propósito. Leticia le contó a mamá y le dije que eso era mentira. Entonces mentí.
- …Ahá…
- Después otro día descubrimos un agujerito en el baño de los varones y con mis hermanas los espiamos, pero no le dijimos a mamá porque se iba a enojar mucho. Mamá es muy estricta y no deja que juguemos con los chicos de nuestra edad.
- Comprendo…
- Nunca nos deja hacer nada, a veces pienso que la odio.
- ¡Pero…hija! Como puedes hablar así de tu madre!?!? Ese sentimiento no se permite en la casa de Dios! Ya lo dice la Biblia: ¨Ama a tu prójimo, como a ti mismo¨
- La odio y quiero matarla.
- ¡Por Dios Santo…!!! Que cosas horribles dices!!!
- Nos obliga a hacer cosas…
- ¿Cosas? Que tipo de cosas…???
- Cosas…con otros hombres. Todas las noches mamá nos pone las mejores ropas, nos peina durante horas y nos prepara para cuando vienen hombres a casa. Ellos nos observan a mi y a mis hermanas durante un rato, luego mamá pone un precio y vamos con esos hombres en sus autos.
- Oh Jesús…prosigue… y que mas…?
- Algunos nos sacan fotos desnudas y otros hacen todo tipo de cosas con nosotras. Tenemos que ser buenas, dice mamá. Ellos pagan muy bien.
- ¿Está tu madre en la iglesia ahora?
- Si.
- Aguarda un segundo.
Clara, se quedó a esperar al cura a que este volviera.
- Vamos a la sacristía Clara, ven conmigo.
Una vez ahí, el Padre se levantó la sotana, empezó a desabrochar su cinturón y la atrajo hacia él sonriendo.
Clara sabía muy bien lo que tenía que hacer. Un cliente siempre paga bien.
martes, 3 de mayo de 2011
Reflejos
Lo planeaste todo, si. Lo tenías todo planificado vaya uno a saber desde cuando. Como un iluso te obedecí y confié en cada palabra, cada gesto, como un idiota!
Cada vez q me mirabas, nos mirábamos y nos volvíamos a mirar me veía por tus ojos, eras igual a mí. Planificabas cada uno de tus gestos y yo, asentía, impúne ante tus palabras.
Ahora me quedé abandonado a la deriva, solo con el recuerdo de lo que vivimos y me obligabas a hacer y otra vez el recuerdo doloroso a mi lado.
Porqué me engañaste de ese modo? Siempre obedecí tus reglas. Siempre fui solo tu subordinado.
Espejito, espejito…ahora te has quedado solo. Me han confinado a muerte por los crímenes cometidos en tu nombre.