- Confieso que he pecado, padre. Ayer le pegué a mi hermana Catalina porque la encontré husmeando en mi cuarto y me sacó una muñeca. Mamá me retó y me mandó a la cama sin postre, así que hoy al levantarme le retiré el saludo. Fui muy descortés.
- Hummm…continúa.
- La semana pasada, jugando con Leticia, mi otra hermana, discutimos por ver quien llegaba a la mesa primero y le hice trampa poniéndole el pie y la hice caer a propósito. Leticia le contó a mamá y le dije que eso era mentira. Entonces mentí.
- …Ahá…
- Después otro día descubrimos un agujerito en el baño de los varones y con mis hermanas los espiamos, pero no le dijimos a mamá porque se iba a enojar mucho. Mamá es muy estricta y no deja que juguemos con los chicos de nuestra edad.
- Comprendo…
- Nunca nos deja hacer nada, a veces pienso que la odio.
- ¡Pero…hija! Como puedes hablar así de tu madre!?!? Ese sentimiento no se permite en la casa de Dios! Ya lo dice la Biblia: ¨Ama a tu prójimo, como a ti mismo¨
- La odio y quiero matarla.
- ¡Por Dios Santo…!!! Que cosas horribles dices!!!
- Nos obliga a hacer cosas…
- ¿Cosas? Que tipo de cosas…???
- Cosas…con otros hombres. Todas las noches mamá nos pone las mejores ropas, nos peina durante horas y nos prepara para cuando vienen hombres a casa. Ellos nos observan a mi y a mis hermanas durante un rato, luego mamá pone un precio y vamos con esos hombres en sus autos.
- Oh Jesús…prosigue… y que mas…?
- Algunos nos sacan fotos desnudas y otros hacen todo tipo de cosas con nosotras. Tenemos que ser buenas, dice mamá. Ellos pagan muy bien.
- ¿Está tu madre en la iglesia ahora?
- Si.
- Aguarda un segundo.
Clara, se quedó a esperar al cura a que este volviera.
- Vamos a la sacristía Clara, ven conmigo.
Una vez ahí, el Padre se levantó la sotana, empezó a desabrochar su cinturón y la atrajo hacia él sonriendo.
Clara sabía muy bien lo que tenía que hacer. Un cliente siempre paga bien.